Mallorca es conocida principalmente como una isla de sol y playa, pero como muchos ya saben, no se limita a esto. Como punto estratégico en el Mediterráneo, Mallorca tiene una agitada historia de muchas conquistas, reconquistas y batallas entre diferentes pueblos y tribus. Los grandes testigos mudos de estos eventos son los castillos ubicados en diferentes puntos de la isla, muchos de diferentes épocas y cada uno con su propia fascinante historia. Vale la pena visitar a todos y cada uno de ellos, por lo que nos gustaría hacer con vosotros una pequeña vuelta por estos castillos en esta entrada de blog.
Empezaremos por probablemente el castillo más famoso de la isla, el Castell de Bellver, que se encuentra a aproximadamente 3 km del centro de Palma de Mallorca a una altura de 112,6 m. No destaca solamente porque se ve el castillo desde casi todos los puntos de la capital balear, sino porque es la única construcción de defensa en toda Europa que goza de una forma completamente circular. Las obras fueron terminadas en 1309 después de nueve años de construcción por el arquitecto Pere Salvà, quien ya había rediseñado el Palau de l’Almudaina. Desde afuera se aprecia una obra maestra de defensa casi inconquistable, mientras por dentro, en el patio, los dos pisos lucen estilos romanos y góticos. Formado por cuatro torres de las cuales tres están incluidas en la construcción circular, mientras que la cuarta está separada pero conectado y accesible por un pequeño puente. Esta última torre ofrece vistas hacia el centro de la isla, causa que da nombre al castillo por su “bella vista”. Después de haber servido como residencia para el rey Jaume II, se usaba en particular como cárcel, tirando a los prisioneros en una cueva a cinco metros por debajo de la cuarta torre, la Torre de l’Homenatje. Hoy en día da lugar a un museo.
Ahora nos quedaremos en el sur de la isla moviéndonos hacia el oeste donde podremos encontrar el Castell de Bendinat. Una de las teorías referente al nombre de la localidad Bendinat, situada en el municipio de Calvià, es que el rey Jaume I acampó aquí y después de haber comido una sopa de pan, aceitunas y ajos exclamó “Hem ben dinat”, lo que quiere decir “Hemos bien comido”. Aunque lo más probable es que sea de origen árabe como lo es también de los pueblos Binissalem, Binifaldó etc. Como la antigua finca no le parecía suficientemente adecuada, el Marqués de la Romana construyó en el siglo XIX el Castillo de Bendinat de estilo neogótico, orientado en otros castillos europeos. Hoy en día pertenece a la Fundación Astroc la cual realiza actividades culturales, especialmente exposiciones artísticas en la antigua “possessió”
Nos desplazamos hacia el centro de la isla donde se localiza el castillo seguramente más fortificado de entre todos los castillos de la isla. El Castell d’Alaró que a 815 m de altitud domina el pueblo desde la cima del cerro de Alaró. Este castillo es uno de los tres castillos roqueros de Mallorca que servían para la defensa y la protección de la isla; los otros están en Pollença (Castell del Rei) y Felanitx (Castell de Santueri). En el año 902 d. C. fue mencionado por primera vez como construcción de servicio militar, a saber, en una crónica árabe, pero por otras fuentes se sabe que ya existían construcciones en este lugar desde la Edad del Bronce y de los romanos. Las crónicas árabes dicen que parecía que no era posible tomar al castillo hasta que sus habitantes muriesen de hambre. La opinión se debe a que después de la invasión musulmana había unos refugiados que se resistieron durante ocho años y medio al enemigo en el Castell d’Alaró. A igual que le servía a los cristianos como refugio, al tiempo de la conquista catalana era el refugio para los propios musulmanes. Encima del castillo, del que tan solo existen ruinas como son la muralla y las cinco torres, hay el oratorio de la Nostra Senyora del Refugi. En este, senderistas que caminan por la ruta GR 221, y otros visitantes, se pueden alojar y disfrutar de las inmejorables vistas sobre el corazón de Mallorca.
El castillo más norteño de la isla de Mallorca está situado cerca del pueblo de Pollensa, más precisamente en el valle de Ternelles. El Castell del Rei se encuentra en la cima de la montaña homónima a una altura de 492 m, a unas tres horas a pie del centro del pueblo. Como ya hemos mencionado antes, es junto con los castillos en Alaró y Felanitx uno de los tres castillos roqueros en la isla. Ya desde la época romana funcionaba como una pequeña fortaleza, pero en general servía más como atalaya. Sin embargo, una y otra vez gente buscaba refugio aquí: Durante la conquista catalana era refugio para los musulmanes, asimismo como el Castell d’Alaró; y después de la victoria del rey de Aragón sobre Jaume III, rey de Mallorca, fue la última resistencia de los fieles al rey mallorquín. Desde el siglo XVIII, en que fue abandonado, el castillo se iba estropeando poco a poco, de manera que hoy en día solamente existen ruinas. En 1896 el poeta pollencí Miquel Costa i Llobera le dedicó un poema al castillo, escrito en su dialecto “U castell d’u rei”. Actualmente el castillo pertenece a un coto privado con acceso restringido por la familia propietaria, cosa que obliga a pedir permiso anticipadamente en el Ayuntamiento de Pollensa para pasar la finca de Ternelles.
En el lado opuesto, en el noreste, encontramos el Castell de Capdepera que son los restos de un pueblo fortificado. Seguramente sea el castillo que más historia esconde, la que todavía se puede sentir dentro de las murallas y edificios bien conservados. Situado al lado del pueblo de Capdera en la cima del cerro homónimo, el castillo fue construido encima de una villa musulmana en el siglo XIV por el rey Jaume II. Lo único que se conservaba de la antigua villa, era la torre, la Torre d’en Miquel Nunis, que antes ya había dado lugar a uno de los hechos más importantes del archipiélago balear en la Edad Medieval: Fue cuando el califa que reinaba en Menorca firmó un contrato con el rey mallorquín, Jaume I, asegurándole ser sumiso y entregar tributos. Hasta el siglo XVII más y más gente de las regiones vecinas buscaban refugio en el castillo, debido a los continuos ataques y robos por piratas turcos. Pero a partir de principios del siglo XVIII, con la toma de la corona española por los Borbones, el castillo se fue convirtiendo en una pequeña base militar, causando problemas administrativos entre militares y civilistas. En el año 1983 se regaló el castillo a los ciudadanos de Capdepera, de manera que la fortaleza hoy en día es un pequeño museo con exposiciones y el lugar principal para la Feria Medieval de Capdepera que se celebra anualmente.
El último castillo que vamos a visitar en nuestra vuelta por los castillos de Mallorca, es el Castell de Santueri, el tercer castillo que nos falta entre los castillos roqueros de la isla. Está ubicado en la Sierra de Llevant, las montañas del este de la isla, en el municipio de Felanitx cerca de Manacor. Este castillo es uno de los más espectaculares debido a su localización encima de la meseta Puig de Santueri a 423 m de altitud, que hace al castillo inexpugnable.
Es bastante probable que esta área ya estuviera poblada durante el período talayótico y que seguramente servía como lugar de culto. Igual que sus castillos hermanos, los otros dos roqueros, el Castell de Santueri servía de refugio tanto contra los musulmanes como para ellos mismos. Las actuales ruinas provienen de la Edad Medieval del siglo XIV, aunque están construidas sobre las de los musulmanes las cuales presumiblemente ya habían sido también construidas sobre ruinas de las épocas bizantinas y romanas. Lo más llamativo de este castillo son sin duda las murallas que están adaptadas a los acantilados, de modo que no dejan espacio entre el precipicio y las mismas murallas. Durante la rebelión de las Germanías fue un sitio de resistencia permaneciendo leal a la Corona, después cayó casi en desuso excepto por un poco de mantenimiento contra posibles ataques marítimos. Hoy en día el castillo se puede visitar con guías desde donde también se pueden disfrutar de unas inmejorables vistas sobre todo el sureste de la isla de Mallorca, incluso hasta Menorca si la visibilidad lo permite.
Lamentamos no tener castillos en venta, pero hay algo de los que si disponemos y eso es una que otra propiedad en la que te podrías sentir como un rey o una reina, siguiendo el lema inglés “My home is my castle” (“Mi casa es mi castillo”).
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